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4 Pasos para Tratar Puertas Metálicas

Un motivo de deterioro que pueden llegar a tener las puertas metálicas es la corrosión. Hay dos factores que aumentan especialmente las probabilidades de aparición de óxido. El primero son los depósitos carbónicos que quedan adheridos en la superficie de las puertas y que provienen de la contaminación del aire. El segundo son los depósitos de sal que también se quedan sobre su superficie y que se da en zonas cercanas al mar.

Puerta Corredera Cancela

El consejo para evitar este problema es dedicar un tiempo a nuestra puerta para limpiarla. No hay porqué dedicar todos los días a la limpieza de este tipo de puertas, pero si a largo plazo quieres garantizar una durabilidad, es aconsejable que no se deje mucho tiempo sin limpiar estas estructuras.

Es por ello que, como expertos en el sector de puertas metálicas, queremos ofreceros una serie de consejos para ahorraros, con el paso del tiempo, cualquier problema en el mantenimiento de vuestras pertenencias metálicas.

A continuación os detallamos los 4 pasos para tratar las puertas metálicas:

  1. Lo primero que habría que hacer es limpiar el polvo, la grasa y otros restos acumulados con cualquier limpiador jabonoso neutro utilizando un paño o esponja para evitar que se raye la puerta.
  2. Después, hay que aclarar los restos del jabón neutro del paso anterior con agua. Pero, nunca se debe utilizar agua a presión para limpiar las puertas ya que se puede llegar a dañar la pintura.
  3. Seguidamente, secarlo con un paño.
  4. Y para darle brillo, una vez limpia la puerta metálica, se podrá encerar la superficie de ésta tal como se hace con un automóvil.

En el caso de puertas cuya superficie ya esté deteriorada se deberá sanear la zona y volver a pintarla. Dependiendo del tipo de puerta y color que tenga, se necesitará un tipo de pintura distinta. Por este motivo se tendrá que consultar con Roper la pintura que lleva. Una vez que se sepa esto deberemos seguir los siguientes pasos:

– La mejor opción será cepillar la zona con cepillo de alambre para eliminar el óxido y las partículas sueltas. Después hay que retirar todos los restos sueltos que queden sobre la superficie.

– Aplicar sobre las soldaduras pintura de galvanizado en frío.

– Una vez seco se aplicará una imprimación sobre toda la zona cepillada.

– y finalmente se aplicará la pintura según las especificaciones del fabricante.

Con estos pasos sanearemos la puerta de óxido aunque su acabado, desde el punto de vista estético, no quede como el de fábrica.

No se deben utilizar productos químicos fuertes ya que el resultado final puede ser que la puerta metálica se estropee antes de tiempo y más tarde ya no tenga arreglo.

Si se cuidan bien, y desde el primer momento, se conseguirá alargar su vida y verlas, por mucho tiempo, sanas y brillantes.

¡Cuida tus puertas metálicas y obtén resultados satisfactorios!

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