Si tienes en tu vivienda una puerta de garaje automática, te damos 3 claves que debes tener en cuenta y que ayudarán a conocer más su funcionamiento.
Un mantenimiento adecuado
Como en anteriores ocasiones ya os habíamos hablado, mantener al día tu puerta de garaje, estructura, guías y motor es clave para su funcionamiento. Por un lado, es necesaria la tarea de un profesional del sector, y por otro, el propio propietario debe estar pendiente de su estado. Echar lubricante, revisar los muelles u otras comprobaciones rutinarias, ayudarán a que tu puerta automática esté en óptimo estado durante mucho tiempo.
Si te encuentras con una avería en la puerta, debes llamar al servicio técnico y esperar a que un profesional solucione el problema. Recuerda que un experto en puertas automáticas es el más indicado.
Siempre recomendamos llevar unas sencillas tareas de mantenimiento para mantener óptimas las puertas automáticas. Destacamos la lubricación como la principal práctica. Sin embargo, hay que tener cuidado. Para engrasar una puerta es preferible un lubricante ligero porque echarle excesiva grasa puede llegar a atascar la puerta y producir futuros problemas. La causa es una lubricación muy consistente que tiende a endurecerse y causar el efecto contrario del que deseamos.
Los mandos a distancia y su uso
Existe una leyenda que dice que un mando de un motor se puede copiar sin problema, pero esto no es tan fácil como se cree ya que hay que tener en cuenta que cada mando posee tres características propias: frecuencia, código y sistema.
Además, es verdad que el mando acciona el motor sin apuntar hacia él. A pesar de lo que se piensa, no hace falta tener a la vista el motor y apuntar hacia él para que se accione y abra la puerta. Esto es, no es necesario tener vía libre hasta el automatismo porque este funciona atravesando cualquier barrera que pueda suponer una limitación. Aunque sí es verdad que pierde alcance.
El calentamiento del motor
Normalmente, tendemos a pensar que el motor de una puerta automática se quema con facilidad. Pero, no es tan sencillo ya que los automatismos miden su propia temperatura y están preparados para cortar la entrada de electricidad en el caso de que se detecte un exceso de calentamiento en el bobinado. Una vez que el termostato se recupere, todo vuelve a la normalidad.
Y mientras el motor no funcione, ¿se puede abrir o cerrar la puerta automática? La respuesta es sí ya que dicho motor cuenta con un mecanismo que lo desbloquea, pudiendo utilizar el modo manual gracias a una llave.